¡Funciona! Técnica para solucionar un conflicto entre niños…(o pareja y amigos)
Hace meses tuve la oportunidad de realizar un curso de Yoga para niños, y entre muchas de las cosas que aprendí fue esta técnica para mediar para un conflicto entre niños. Lo sorprendente es que compañeras de Yoga me han dicho que han aplicado esta técnica, pero no sólo con niños, sino que les ha funcionado muy bien para solucionar conflictos, desacuerdos o malentendidos con su pareja, familiares y amigos.
A continuación explico en qué consiste la técnica llamada Silla-Boca y Silla-Oreja aplicada a niños, pero la puedes aplicar a algún conflicto que te haya surgido con otro adulto.
¿Cuándo aplicar la técnica?
Cuando entre dos niños, o dos personas, se dé una situación de conflicto relevante, invitaremos a los niños a hacer un círculo sentados, en el caso de una clase de Yoga para niños. En el caso de un conflicto con otra persona adulta invitaremos a solucionar este problema explicándole en qué consiste sin que sea necesario un mediador.
Los demás niños escucharán y esto para ellos será un ejercicio de yoga, aunque no debe hacerse como un juego sino como un proceso de arreglo el cual no ha de suceder muy a menudo, únicamente cuando se dé un conflicto relevante.
Reglas de la técnica
1. El objetivo es resolver el conflicto.
2. No utilizar insultos ni gritos.
3. No interrumpir.
4. Ser honestos y sinceros.
5. Cumplir la decisión aceptada.
Papel del mediador
El profesor de Yoga será el mediador y explicará el ejercicio a los niños e irá dirigiendo con tranquilidad, paciencia y mucho amor. El papel del mediador será mantener la calma y la escucha hacia el que está hablando y orientarles hacia la concordia, el no juicio y la aceptación.
Procedimiento de la técnica
El procedimiento se desarrolla mediante los siguientes pasos (resumidos en este cuadro y desarrollados a continuación):
Primer turno: “Cuenta el suceso desde lo que ha visto”
El niño que ocupa, en primer lugar, la silla-boca tiene la palabra y cuenta qué ha ocurrido y cómo se siente mientras su compañero escucha atentamente en la silla-oreja
Una vez que el primer niño ha terminado de hablar se cambian de silla e invierten sus papeles. Ahora será el segundo niño quien tiene la palabra para explicar, según su punto de vista, qué ha ocurrido y cómo se siente.
Se intentará, y esto es importante, que los niños hablen desde lo que han visto y no desde lo “que ha sucedido”, dirán cómo ellos han vivido el problema.
Segundo turno: “Expresa cómo se siente”
En el segundo turno de palabra, el primer niño, sentado de nuevo en la silla-boca, cuenta cómo se siente mientras su compañero escucha atentamente en la silla-oreja.
Una vez más, se intercambian las sillas y los roles y el segundo niño explica también cómo se siente. propone también algo que él o ella pueda hacer para solucionar el conflicto.
Tercer turno: “Expresa lo que necesita para no sentirse así”
En el tercer turno de palabra, el primer niño, sentado de nuevo en la silla-boca, expresa lo que necesita para no sentirse así.
Vuelven a intercambiar las sillas y los roles y ahora es el turno del segundo niño para expresar lo que necesita para no sentirse así.
Cuarto turno: “Realiza una petición”
En el segundo turno de palabra, el primer niño, sentado de nuevo en la silla-boca, realiza una petición para solucionar el conflicto o problema de la forma “te pediría que…”.
Terminan intercambiándose de nuevo las sillas y los roles y el segundo niño propone también su petición.
En cada una de las etapas el niño de la silla-oreja ha de parafrasear correctamente los que su compañero ha dicho (sin introducir ningún juicio ni cambio, simplemente repetir lo que el otro niño ha dicho). El objetivo de esto es que el niño que ocupa la silla-oreja repita lo que ha entendido y que el niño que ocupa la silla-boca se sienta escuchado, ya que en muchos conflictos, sino la mayoría, no escuchamos lo que la persona nos dice, sólo queremos expresar nuestro malestar. Así se fomenta la empatía.
¿Qué hacer si uno de los niños llora?
Aunque parezca sorprendente y en contra de lo que se suele hacer, en el caso de que uno de los niños esté llorando y el otro no, se propone atender primero al niño que no llora acompañándole en ese momento. ¿Por qué? Porque es el niño que todavía no ha podido expresar su emoción. Cuando nos acerquemos a él, lo más probable es que comience a expresarse llorando o de cualquier otra forma.
Resultados
Al realizar esta técnica, nos daremos cuenta de que el 90% de los conflictos son malentendidos y se solucionan antes de terminar el ejercicio.
Los niños aprenden a escucharse los unos a los otros.
Los niños interiorizan el diálogo como primera opción ante el conflicto.
Los niños aprenden a solucionar sus conflictos por sí mismos.
Despierta la inteligencia emocional de los niños, pues tendrán el espacio para expresar con libertad librándose de cargas que les impiden mantener relaciones sanas con ellos mismos y su entorno.
“No hay que apagar la luz del otro para lograr que brille la nuestra” (Ghandi)
Namaste
María